EUROPA
PRESS
30 septiembre
2021
Los
obesos "sanos" también tienen riesgo cardiovascular
Los adultos que son obesos pero parecen
sanos (sin anomalías metabólicas comunes como hipertensión arterial, grasas
sanguíneas anormales o diabetes) no corren mayor riesgo de sufrir un ataque
cardíaco, un accidente cerebrovascular o una muerte cardiovascular que los
individuos sanos de peso normal, pero tienen alrededor de un 33% más de
probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular,
según un estudio nacional de Francia que siguió a casi 3 millones de pacientes
hospitalizados mayores de 18 años durante al menos 5 años.
Los resultados, que se presentan en la Reunión Anual de la
Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) indican también que el
riesgo de insuficiencia cardiaca era especialmente alto en los individuos
metabólicamente poco saludables, independientemente de
su peso.
"Esta nueva y mejor evidencia disponible nos dice que,
a nivel poblacional, la idea de que un gran número de personas pueden ser obesas,
pero metabólicamente sanas es sencillamente falsa", advierte el autor
principal, el doctor Laurent Fauchier, del Centre Hospitalier Universitaire
Trousseau de Tours (Francia).
Por ello, subraya que "fomentar la pérdida de peso en
las personas con obesidad, independientemente de si son metabólicamente sanas o
no, ayudará a prevenir la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca.
Nuestros hallazgos también ponen de manifiesto la importancia de prevenir la
mala salud metabólica, añade, y sugieren que incluso las personas con peso
normal pueden beneficiarse de un tratamiento médico y conductual temprano para
mejorar su dieta y aumentar la actividad física con el fin de protegerse contra
el ictus".
La obesidad (IMC superior a 30 kg/m*) afecta a casi todos
los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, en particular los
relacionados con el síndrome metabólico, como la hipertensión arterial, el mal
control de la glucemia o la diabetes, y las grasas anormales en la sangre, que
duplican el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como infartos de
miocardio e ictus. Sin embargo, algunas personas con obesidad parecen estar
libres de estas anomalías metabólicas: se estima que hasta un tercio de las
personas obesas podrían ser metabólicamente sanas.
Durante muchos años se ha debatido si esta denominada
"obesidad metabólicamente sana" se asocia a un mayor riesgo de
enfermedad cardiovascular, y las investigaciones realizadas hasta ahora han
arrojado resultados contradictorios.
Sigue sin estar claro cómo afectan el peso y el estado
metabólico al desarrollo de diferentes eventos cardiovasculares tanto en
individuos sanos como obesos, debido a las limitaciones de los estudios
anteriores, entre las que se incluyen: la falta de análisis de diferentes
eventos de enfermedad cardiovascular y la falta de ajuste por factores de
confusión como la edad, el sexo y los antecedentes de tabaquismo.
Para investigar más a fondo, los investigadores analizaron
las historias clínicas de todos los pacientes ingresados en hospitales
franceses entre enero y diciembre de 2013 con al menos 5 años de datos de
seguimiento completos.
Alrededor de 2,9 millones de adultos (de los cuales 272, 838
[9,5%] padecían obesidad) que no habían sufrido un evento cardiovascular
importante (es decir, un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular
isquémico o una insuficiencia cardíaca) y que no tenían un peso inferior al
normal al inicio del estudio se dividieron en grupos según la categoría de IMC
y la salud metabólica (si tenían tres anomalías metabólicas: presión arterial
alta, niveles inusualmente altos de colesterol y otras grasas en la sangre, o
diabetes).
Los participantes que no presentaban ninguna de estas
anomalías fueron clasificados como "obesos metabólicamente sanos".
Los investigadores ajustaron varios factores que podrían haber influido en los
resultados, como la edad, el sexo y el hábito de fumar.
Durante un seguimiento medio de 5 años, se registraron
510.439 nuevos episodios cardiovasculares importantes, incluidos 77.924
infartos de miocardio, 391.637 casos de insuficiencia cardíaca, 84.042
accidentes cerebrovasculares y 100.633 muertes por enfermedades
cardiovasculares. Además, 257.287 pacientes desarrollaron fibrilación auricular.
El análisis descubrió que las personas con obesidad
metabólicamente sana tenían un 22% más de riesgo de sufrir un nuevo evento
cardiovascular importante que las personas con peso normal sin anomalías
metabólicas.
También tenían un 34% más de riesgo de padecer insuficiencia
cardíaca y un 33% más de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular,
que puede mermar considerablemente la calidad de vida y provocar un ictus. Sin
embargo, no tenían un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón, un accidente
cerebrovascular o una muerte cardiovascular que las personas metabólicamente
sanas con un peso normal.
El análisis también mostró que los hombres se enfrentan a
mayores riesgos que las mujeres: en comparación con los hombres de peso normal
sin anomalías metabólicas, los hombres con obesidad metabólicamente sana tenían
un 61% más de riesgo de sufrir eventos cardiovasculares; mientras que las
mujeres con obesidad metabólicamente sana tenían un 50% menos de probabilidades
de sufrir un infarto que las de peso normal.
Los autores reconocen que sus resultados muestran
asociaciones observacionales más que causa y efecto. Señalan algunas
limitaciones, entre ellas que el estudio incluyó a personas tomadas de un país
con una población caucásica predominantemente blanca, por
lo que los resultados no pueden generalizarse a todos los grupos étnicos de
otros países.